Ajo marinado

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PRESENTACIÓN

El ajo marinado, además de ser una conserva, preparado de esta manera, resulta más digestible y tiene un sabor mucho más delicado, casi como de almendra.

Es adecuado para disfrutar en todas las preparaciones en las que no añadíais ajo porque resultaba demasiado fuerte; además, condimentado con alcaparras picadas, orégano, guindilla y aceite, resulta excelente incluso para picar como aperitivo!

INGREDIENTES
Ingredientes para 3 frascos de 150 ml
Ajo fresco - 4 cabezas
Vino blanco seco 350 ml
Sal fina 1 cucharadita
Azúcar 1 cucharadita
Pimienta variada en grano 15
Laurel 3 hojas
Clavos de olor 3
Enebro 3 bayas
Vinagre de vino blanco 350 ml

Preparación

Para preparar el ajo marinado, comenzad primero con la esterilización de los tarros y las tapas, como se indica en las guías del Ministerio de Sanidad que se encuentran al final de la receta. Una vez realizada esta importante operación, tomad las cabezas de ajo, separad los diferentes dientes 1 y quitadles la piel exterior 2. Luego, tomad una olla grande y verted el vinagre y el vino blanco 3.

Añadid también la pimienta, el laurel, las bayas de enebro y los clavos 4, y finalmente también la sal y el azúcar 5. Encended el fuego y llevad todo a ebullición. Una vez que los ingredientes hayan alcanzado el hervor, añadid los dientes de ajo 6, que dejaréis hervir durante 1 minuto. En este punto podéis proceder con el envasado: llenad los tarros que habéis esterilizado previamente con los dientes de ajo y verted encima la mezcla de vinagre y vino aún caliente, deteniéndoos a 1 centímetro del borde del tarro, asegurándoos de distribuir equitativamente también las especias en los diferentes tarros. Si utilizáis tarros con tapa de rosca, enroscád bien pero sin apretar demasiado. En este punto, pasad a la ebullición de los tarros, es decir, a la pasteurización, siguiendo las indicaciones de las guías del Ministerio de Sanidad mencionadas al final de la receta. Si utilizáis tarros con tapas de rosca, una vez que los tarros se hayan enfriado, verificad si el vacío se ha producido correctamente: podéis presionar en el centro de la tapa y, si no escucháis el clásico "click-clack", el vacío se habrá realizado. Si después de la posterior ebullición notáis la formación de pequeñas burbujas de aire, cuando el tarro todavía esté caliente, golpeadlo suavemente sobre una superficie, de manera que las burbujas suban a la superficie y desaparezcan naturalmente. Si utilizáis tarros con cierres de goma, al momento de consumir el ajo marinado podéis hacer la prueba del vacío tirando de la lengüeta correspondiente: si al tirar produce un sonido seco, significa que el contenido se ha conservado con el vacío correcto. Por el contrario, si al tirar de la lengüeta la junta resulta "floja", significa que no se ha creado el vacío correctamente y es mejor no consumir el contenido. ¡Vuestro ajo marinado está listo para ser disfrutado!

Conservación

El ajo marinado se conserva durante 3 meses, siempre que el vacío se haya realizado correctamente y los tarros se conserven en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de luz y calor. Se recomienda esperar al menos 1 mes antes de consumirlo.

Consejo

Si lo deseáis, podéis conservar el ajo marinado también en aceite: después de hervirlo durante 1 minuto, dejadlo enfriar en la mezcla de vinagre y vino, luego escurridlo y divididlo (junto con las especias) en los tarros que llenaréis con el aceite, deteniéndoos siempre a 1 centímetro del borde del tarro y procediendo luego a la posterior ebullición de los tarros como se ilustra en el procedimiento de la receta.

A gusto, podéis añadir (o quitar) las especias que prefiráis, como la guindilla picante en lugar de la pimienta en grano, la salvia o el romero en lugar del laurel, etc. ¡Experimentad!

IMPORTANTE

La preparación casera de conservas y mermeladas puede presentar riesgos para la salud. En un entorno doméstico no es posible crear las condiciones y medidas necesarias para garantizar la seguridad y la idoneidad de los alimentos, que, por el contrario, los procedimientos industriales son capaces de asegurar para prevenir contaminaciones peligrosas. Por lo tanto, es importante seguir escrupulosamente las indicaciones de seguridad alimentaria para reducir los riesgos, pero siempre hay que tener en cuenta que nunca se podrá obtener la misma seguridad alimentaria que presentan las conservas y mermeladas producidas a nivel profesional. Para una correcta preparación de las conservas caseras remitimos a las guías del Ministerio de Sanidad.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.