Confitura de fresas y albaricoques a la vainilla

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PRESENTACIÓN

Las mermeladas y confituras caseras son una excelente manera de disfrutar de los sabores de la fruta, típicamente veraniega, durante todo el año: ¡la confitura de fresas y albaricoques a la vainilla satisfará perfectamente los antojos de verano incluso en invierno!
En esta confitura se reúnen dos de las frutas más deliciosas, las fresas y los albaricoques, cuyo punto de acidez se ve suavizado por la dulzura de la vaina de vainilla, que libera todo su aroma intenso durante la cocción.
La fruta fresca se corta en trocitos de modo que no tendrá que cocer durante horas antes de volverse blanda, sino que bastarán pocos minutos y conservará también todas sus características orgánicas intactas.
La confitura de fresas y albaricoques a la vainilla es realmente sublime: extendida sobre una rebanada de pan blanco se convertirá en tu merienda favorita!

INGREDIENTES
Fresas 500 g
Albaricoques 500 g
Azúcar 350 g
Vaina de vainilla 1
Preparado para mermeladas 3:1 25 g

Preparación

Para preparar la confitura de fresas y albaricoques a la vainilla 1, comienza lavando bajo el agua corriente los albaricoques y las fresas (2-3).

Retira con los dedos el pedúnculo de los albaricoques 4 y luego elimina el hueso, dividiendo los albaricoques a la mitad con un cuchillo pequeño 5; finalmente corta los albaricoques en trocitos 6.

Limpia las fresas eliminando el pedúnculo 7 y también córtalas en trozos pequeños 8. Reúne los trozos de fruta en dos cuencos 9.

Abre una vaina de vainilla a lo largo 10 y, con la punta de un cuchillo, extrae las semillas 11. Como alternativa, puedes utilizar una bolsita de vainillina o una cucharadita de extracto de vainilla. En una olla de acero alta y amplia, vierte los albaricoques en trozos 12 y

las fresas en trozos 13. Añade las semillas de la vainilla a la fruta en la olla 14 junto con la vaina abierta 15; la vainilla otorgará a la confitura un sabor más intenso. Estas operaciones deben realizarse con el fuego apagado.

En un cuenco, coloca 350 g de azúcar granulada y añade el preparado 3:1 16, luego mezcla los dos ingredientes con una cuchara 17. Añade el azúcar con el preparado en frío a la fruta, directamente en la olla 18,

Lleva la mezcla a ebullición, manteniendo el fuego alto y continuando a mezclar para que no se pegue al fondo 19. Cuando la mezcla haya alcanzado el hervor, hierve durante 3 minutos a fuego vivo, siempre mezclando 20. Retira la olla del fuego, quita la vaina de vainilla 21

y mezcla la confitura, disolviendo la posible espuma 22. Prepara los tarros, que habrás esterilizado, y consigue un embudo para facilitar el envasado de la confitura 23. Vierte dentro de los tarros, con la ayuda de un cazo, la confitura de fresas y albaricoques a la vainilla aún hirviendo 24

y continúa hasta llenar los tarros teniendo cuidado de dejar alrededor de 1 cm desde el borde 25, luego, con las tapas adecuadas, ciérralos 26, apretando bien y asegurándote de que están cerrados herméticamente. Con el calor de la confitura se creará el vacío, lo que permitirá conservar el producto durante mucho tiempo. Una vez que los frascos se hayan enfriado, verifica si el vacío se ha realizado correctamente: puedes presionar en el centro de la tapa y, si no escuchas el clásico "click-clack", el vacío se habrá realizado. Tu confitura de fresas y albaricoques a la vainilla está lista 27.

Conservación

La confitura de fresas y albaricoques a la vainilla se conserva en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de luz y calor, durante aproximadamente 6 meses.
Una vez abierto el frasco, la confitura de fresas y albaricoques a la vainilla se conserva en el frigorífico y debe consumirse en pocos días; por este motivo, te recomendamos conservar la confitura en tarros de pequeño tamaño para agotar rápidamente el contenido una vez abierto.

Consejo

Si te gustan las mermeladas con un sabor más ácido, puedes aromatizar la confitura de fresas y albaricoques con cáscaras de limón, que eliminarás después de la cocción.

IMPORTANTE

La preparación casera de conservas y mermeladas puede presentar riesgos para la salud. En un ambiente doméstico no es posible crear las condiciones y medidas necesarias para garantizar la seguridad y la idoneidad de los alimentos, que, por el contrario, los procedimientos industriales son capaces de asegurar para prevenir contaminaciones peligrosas. Es importante seguir meticulosamente las indicaciones de seguridad alimentaria para reducir los riesgos, pero siempre se debe tener en cuenta que no se podrá obtener la misma seguridad alimentaria que presentan las conservas y mermeladas producidas a nivel profesional. Para una correcta preparación de conservas caseras remitimos a las directrices del Ministerio de Salud.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.