Triangolini de pasta phillo al salmón con crema de burrata

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PRESENTACIÓN

¿Cansados de los mismos bocadillos de siempre durante el aperitivo? ¡Entonces es el momento de cambiar, con los triángulos de pasta filo con salmón y crema de burrata! Este es uno de esos entrantes llenos de pasión y sentimiento que os hará olvidar las simples patatas fritas o las aceitunas de costumbre mientras tomáis una copa de vino blanco. Estos triángulos tienen todas las premisas para conquistaros al primer bocado: bolsitas crujientes y doradas con un delicado relleno de feta, que aporta salinidad, unida a las inconfundibles aceitunas negras, tienen un sabor y una frescura arrolladores, que inmediatamente hacen desear estar en las soleadas playas de Grecia. Nosotros, para hacer insuperable el relleno, hemos añadido el sabor decidido del salmón ahumado y hemos acompañado todo con una espumosa crema de burrata. Un aperitivo irresistible que desaparecerá en cuanto lo pongáis en la mesa... ¿apostamos?!

Si os encanta la pasta filo, ¡probad también la Tarta salada de pasta filo en sartén con calabacines!

 

INGREDIENTES
Ingredientes para 10 triángulos
Pasta filo 240 g
Salmón ahumado 100 g - escocesa
Aceitunas negras 30 g - deshuesadas
Feta 70 g
Albahaca 2 hojas
Mantequilla 20 g - para untar
Burrata 200 g

Preparación

Para preparar los triángulos de pasta filo con salmón y crema de burrata, comenzad cortando en tiras finas el salmón 1 que reservaréis en un bol. Luego tomad la feta: cortadla en rodajas, luego en cubitos 2 y reservadla. Después, pasad a las aceitunas negras deshuesadas: cortadlas en trocitos muy pequeños 3 y también reservadlas.

Ahora tomad la pasta filo, superponed una hoja sobre otra y cortad tiras de aproximadamente 8-10 cm de ancho 4: tomad una tira de pasta filo (podéis untarla con mantequilla derretida para que quede más crujiente al cocinarla) 5, empezad por uno de los lados más cortos y colocad cubitos de feta 6.

Luego colocad también algunos trozos de aceitunas negras 7 y de salmón 8. A continuación, comenzad a cerrar vuestro triángulo (realizad esta operación bastante rápido para no arriesgaros a que la pasta filo se seque): tomad el ángulo inferior izquierdo de la pasta y llevadlo al lado opuesto 9.

Doblid el triángulo de derecha a izquierda y continuad doblando el triángulo de manera alternada hasta terminar la tira (10-11). Cuando lleguéis a la parte final de la hoja de pasta filo, untad la parte restante con más mantequilla para sellar bien el cierre del triángulo 12. Continuad de la misma manera con todos los triángulos.

Colocadlos en una bandeja de horno forrada con papel de horno: untad la superficie con mantequilla derretida para que se doren al cocinarse 13 e introducidlos en el horno precalentado a 200 °C durante 15 minutos (si usáis un horno con ventilador bastará a 180°C durante unos 5-6 minutos). Mientras los triángulos se cocinan, dedicad tiempo a preparar la crema de burrata de acompañamiento. Tomad una batidora y verted trozos de burrata 14: batidla con agua de conservación del queso 15 hasta obtener una mezcla lisa y cremosa.

Llevadla a una manga pastelera desechable 16 y decorad el plato con la crema de burrata sobre la que colocar hojas de albahaca. En este punto, vuestros triángulos de pasta filo con salmón y crema de burrata estarán cocidos: sacadlos del horno 17 y emplatadlos 18: ¡vuestro aperitivo alternativo está servido!

Conservación

Se recomienda consumir los triángulos de pasta filo con salmón y crema de burrata recién preparados. Si sobran, podéis conservarlos en el frigorífico en un recipiente hermético por un máximo de 1 día.

Se desaconseja la congelación.

Consejo

¿La feta no os convence? ¡Probad a utilizar scamorza dulce! Y para darle un toque extra a este delicioso aperitivo, probad a enriquecer el relleno con frutos secos: ¡insuperables!

Curiosidad

La pasta filo (o phillo) deriva de un término griego que significa “hoja”: se trata de hojas superpuestas de masa de hojaldre, a base de agua y harina, extendidas muy finamente. Parece que esta pasta nació en Asia central por obra de poblaciones turcófonas. Originalmente era más gruesa: la extensión en hojas muy finas, como la conocemos hoy, es posterior. Precisamente por su origen turco, esta preparación se utiliza mucho en la región gracias a su sabor bastante neutro. Se adapta tanto a preparaciones dulces (famosa especialmente en el baklava) como saladas. Cocida al horno resulta crujiente y quebradiza, como en el caso de esta receta; se vuelve muy crujiente y deliciosa si se fríe. En resumen, ¡la pasta filo (phillo) es un comodín en la cocina!

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.