Pasta fresca con huevo (lámina y formatos)

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PRESENTACIÓN

Preparar pasta fresca con huevo casera es una tradición antigua y fascinante. Con la lámina estirada a mano o con la máquina de pasta puedes crear diferentes formatos de pasta: desde los clásicos tagliolini y tagliatelle, hasta los rellenos como raviolis y tortellinis, e incluso las queridas lasañas. En los últimos años, la pasta fresca casera ha vuelto a ser protagonista en muchas cocinas, apreciada por su autenticidad y el placer de ser elaborada con tus propias manos. Puedes elegir la tradicional pasta fresca con huevo (como te explicamos en esta receta), o probar variantes sin huevo como los strozzapreti hechos a mano o las tagliatelle sin huevo. En realidad, preparar una buena pasta fresca es más sencillo y rápido de lo que piensas: solo necesitas 15-20 minutos para obtener una masa suave y elástica, 30 minutos de reposo y unos 15 minutos para estirar la lámina, con la máquina de pasta o con el rodillo, como prefieras. En una hora tendrás una pasta fresca lista para ser trabajada. La proporción básica es simple: 100 g de harina por cada huevo. Sin embargo, la cantidad puede variar ligeramente dependiendo del tipo de pasta que se quiera preparar, y un buen consejo es añadir harina o líquido según sea necesario para obtener la consistencia perfecta. Si sueñas con sentirte una auténtica 'sfoglina' incluso solo por un día, sigue esta receta paso a paso y realiza tu pasta fresca con huevo. Se combina perfectamente con muchas salsas, desde el clásico ragú a la boloñesa hasta los aliños de pescado más delicados. Y si quieres sorprender a tus invitados con un toque creativo, prueba a colorear la pasta con tinta de sepia: obtendrás unos tagliolini negros perfectos para realizar nuestros tagliolini encantados en pimiento, ideales para Halloween o para una cena espectacular.

Diviértete experimentando con las diferentes láminas y formatos de pasta que se pueden realizar con esta masa base:

  • Raviolis de ricotta y espinacas
  • Raviolis de ricotta
  • Farfalle
  • Pasta fresca de remolacha
  • Pasta verde de espinacas

INGREDIENTES
Harina 00 400 g
Huevos 4 - (de al menos 70 g cada una) preferiblemente ecológicas
Sal fina cantidad suficiente

Preparación

Para preparar la pasta fresca con huevo, vierte la harina sobre la superficie de trabajo 1 y forma un hueco en el centro con la base de un bol 2 3.

En el mismo bol, bate los huevos enteros con un tenedor 4 y viértelos en el centro de la harina 5, luego añade una pizca de sal 6.

Comienza a mezclar con el tenedor 7 para incorporar toda la harina 8, luego continúa ayudándote con la rasqueta para recoger la harina en la superficie de trabajo 9.

Una vez que los huevos estén bien mezclados 10, continúa amasando a mano 11, llevando la masa hacia el centro y tirando de ella con la palma sin romperla. Si presenta grietas, humedece tus manos con agua y sigue amasando hasta que esté compacta y homogénea. En este punto, forma un bloque 12.

Envuelve el bloque con film transparente 13 y colócalo en el frigorífico durante 30 minutos. Pasado el tiempo de reposo, saca el bloque del frigorífico, corta un trozo con la rasqueta 14 y cubre el resto con el bol o con el film para evitar que se seque 15.

Aplasta ligeramente el bloque con las manos 16, luego estíralo con el rodillo 17 y dobla los extremos hacia el centro 18 para poder pasarlo entre los rodillos de la máquina de pasta.

Pasa el bloque 3 o 4 veces por el rodillo más ancho, doblando cada vez la lámina para reforzarla. Luego comienza a reducir gradualmente el grosor de los rodillos 19 hasta alcanzar el grosor más pequeño. Tus láminas de pasta fresca con huevo están listas, puedes cortarlas para obtener el formato que prefieras 21!

Conservación

El bloque de pasta cruda puede conservarse en el frigorífico, envuelto en film, durante 1 o como máximo 2 días.

Puedes congelar la pasta fresca en crudo, en los distintos formatos elegidos: colócala en una bandeja con los formatos de pasta bien separados y luego ponla en el congelador para endurecerla un par de horas. Cuando estén bien endurecidos, colócalos en bolsas de congelación y guárdalos de nuevo en el congelador. Cuando los vayas a utilizar, cuécelos directamente congelados en agua hirviendo y procede según la receta.

Consejo

Si prefieres el método tradicional, puedes estirar la pasta fresca con un rodillo largo: necesitarás más paciencia y... ¡fuerza!

Decálogo para una perfecta pasta fresca

1_ Usar la superficie de trabajo de madera: la rugosidad de la madera es más adecuada que una simple superficie lisa

2_ Batir los huevos con el tenedor al introducirlos en el hueco de harina para que no se desborden.

3_ ¿Sal sí o no? Según las corrientes de Emilia, no se debería añadir a la masa; según otros, sin embargo, una pizca de sal no vendría mal.

4_ Evitar corrientes: pueden secar la pasta

5_ Proporción harina-huevos: la proporción clásica prevé 100 g de harina por cada huevo. Pero depende sobre todo de lo que se quiera preparar.

6_ El amasado: la pasta debe amasarse al menos durante 10 minutos, con energía y con la palma de la mano, golpeándola de vez en cuando sobre la superficie de trabajo para hacerla más elástica

7_ Mantener cubierta la masa que no se está trabajando, para evitar que se seque.

8_ Enharinar la superficie de trabajo: de esta forma los formatos de pasta no se pegarán a la superficie.

9_ Si debes realizar lasañas, tagliatelle, tagliolini, pappardelle o cuadraditos, es preferible secar las láminas extendidas espolvoreadas con sémola unos minutos por cada lado antes de doblarlas en un rollo plano.

10_ ¿Huevos o yemas? Si se realiza una pasta fresca rellena como raviolis o tortellinis se pueden desbalancear las dosis hacia la parte líquida. Por lo tanto, para aproximadamente 140 g de harina añade un huevo + una yema. Si realizas otros formatos secos, mejor usar solo el huevo entero.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.