Baguette con masa madre

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PRESENTACIÓN

La baguette es un pan francés famoso en todo el mundo, crujiente por fuera y suave por dentro, con una fermentación lenta y natural. A diferencia de la hogaza redonda, se caracteriza por su forma alargada y estrecha en los extremos.
No hay francés que por la mañana no salga a comprar la baguette fresca en la panadería de su barrio, y uno de los símbolos de Francia es precisamente la baguette bajo el brazo, mordisqueada durante el camino.
Aquí te proponemos la receta para preparar la baguette con masa madre: solo tendrás que prestar atención a algunos pequeños detalles.
Primero, deberás preparar una biga, un prefermento que actúa como un pequeño fermento solo de agua, harina y levadura de cerveza (que no se puede reemplazar porque sirve para dar más impulso a la fermentación) y dejarlo reposar durante una noche.
Por la mañana, podrás amasar tu baguette incorporando en la masa de harina, agua y sal la biga, la masa madre y aún unos gramos de levadura de cerveza para acortar los tiempos de fermentación (si lo deseas, se pueden omitir aumentando en 10 g la cantidad de masa madre). Después de dejar reposar la masa para una primera fermentación, deberás moldear las baguettes, dejarlas fermentar otras dos veces y finalmente realizar cortes oblicuos con mano firme, ayudándote con una cuchilla, en la superficie de la baguette. El horno deberá estar muy caliente y húmedo, por lo que será necesario colocar una bandeja con agua en el fondo: solo quedará seguir la cocción de las baguettes y sacarlas del horno... ¡podrás disfrutarlas solas, rellenas o junto a una deliciosa soupe à l’oignon!
La baguette con masa madre requiere ingredientes simples pero una preparación paciente y laboriosa, ¡sin embargo, su aroma, su corteza crujiente y su sabor te recompensarán por todos los esfuerzos!
Descubre también nuestra versión más clásica del pan con masa madre y nuestros bollos con masa madre líquida.

INGREDIENTES

Ingredientes para 6 baguettes:
Harina 0 340 g
Harina 00 300 g
Agua 400 g
Masa madre 50 g
Levadura fresca de cerveza 2 g
Sal fina 16 g
para el prefermento
Harina 0 160 g
Agua 80 g
Levadura fresca de cerveza 5 g

Preparación

Para preparar la baguette con masa madre, comienza el día anterior amasando la biga: disuelve 5 g de levadura de cerveza en el agua 1 y coloca la harina en forma de volcán, luego vierte poco a poco el agua con la levadura en el centro 2 y amasa con las manos hasta obtener una masa lisa 3.

Conserva la biga en un recipiente alto ligeramente aceitado 4 cubierto con film transparente 5. Deja fermentar la biga durante aproximadamente 12 horas, tiempo después del cual habrá duplicado su volumen y presentará grandes alveolos 6.

Al día siguiente, puedes pasar a la preparación de la baguette propiamente dicha: disuelve la sal en 200 g de agua tibia y los dos gramos de levadura de cerveza en los restantes 200 g de agua (7-8). Mezcla las harinas 0 y 00 juntas en un bol 9 (para amasar, puedes usar una amasadora con gancho o las manos).

Agrega la biga 10, la masa madre 11 y añade poco a poco la mezcla de agua y levadura de cerveza 12, amasando bien.

Continúa amasando, añadiendo también el agua con la sal: el resultado debe ser una pasta lisa, suave y homogénea 13. Cubre la masa con film transparente 14 y deja fermentar durante un par de horas en el horno con la luz encendida hasta que duplique su volumen 15.

Divide la masa en 6 piezas de 200 g cada una 16, luego extiéndelas una a una con un rodillo 17 y enróllalas desde el lado más corto, presionando suavemente hacia el centro 18.

Deja reposar los cilindros obtenidos en una bandeja enharinada durante 45 minutos-1 hora, manteniendo la línea de unión hacia abajo 19. Pasado este tiempo, extiende los cilindros nuevamente con el rodillo 20 y enróllalos esta vez desde el lado largo 21.

Comprime con ambas manos 22 y alarga la baguette hasta aproximadamente 35 cm, afinando las extremidades 23. Coloca las baguettes sobre un paño enharinado, bien separadas entre sí por los pliegues del paño y deja fermentar por otra hora 24. Pasada media hora, comienza a encender el horno a 250°C y coloca en el fondo una bandeja con agua hirviendo, para que se cree vapor y el horno esté húmedo; además, calienta la bandeja en la que cocinarás las baguettes.

Antes de hornear, realiza con una cuchilla cortes firmes a lo largo de la superficie de las baguettes 25 y rocía agua sobre ellas con un pulverizador 26. Saca la bandeja caliente y coloca las baguettes en ella, deslizándolas directamente del paño (ten cuidado de no manipularlas demasiado para no desinflar la fermentación). Baja el horno a 240°C y hornea las baguettes a esta temperatura durante 30 minutos. Cuando la baguette comience a dorarse, abre la puerta del horno un par de veces, para que el vapor se disperse y la superficie del pan se seque para crear la corteza. Apaga el horno y deja las baguettes dentro por diez minutos más; luego sácalas del horno y déjalas enfriar sobre una rejilla 27: ¡la baguette con masa madre te espera!

Conservación

Las baguettes con masa madre se conservan hasta el día siguiente envueltas en una bolsa de papel y luego guardadas en una bolsa de plástico, o puedes, como todos los panes, congelarlas en el congelador.

Consejo

Puedes cubrir las baguettes con semillas de sésamo o semillas de amapola, untando la superficie con aceite antes de hornearlas. Los tiempos de fermentación pueden cambiar según la fuerza de tu masa madre, ¡así que ármate de paciencia!

Curiosidad

Los orígenes de la baguette parecen remontarse a mediados del 1800 cuando un panadero austríaco abrió una boulangerie en París y presentó un pan de forma alargada, le pain viennoise, y nuevos métodos de cocción como el horno de vapor.
Otros, en cambio, informan que las baguettes nacieron durante la época napoleónica, cuando los panaderos inventaron un pan que pudiera ser fácilmente transportado por los soldados durante las batallas: el pan redondo, típico de la época, no era cómodo de llevar, mientras que la baguette cabía perfectamente en un bolsillo del largo del pantalón.
De todas formas, la baguette se impuso en los años 1920-1930 cuando una ley francesa estableció que el horario de trabajo de los panaderos no debía comenzar antes de las 4 de la mañana, haciendo imposible la preparación de la clásica hogaza redonda debido a los largos tiempos de fermentación y cocción.
La baguette, gracias a su forma, requería en cambio pocos minutos de cocción, una fermentación más breve y una menor conservación: todo esto hizo que la baguette se convirtiera en el pan favorito de los franceses porque podía comprarse cada día fresca y sin desperdicios.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.