Granizado de café

Para preparar las mini madeleines, comenzad poniendo en un bol la harina de almendra 1. Agregad la harina 00 tamizada 2 y el azúcar 3.

Unid también la sal 4, la levadura tamizada 5 y los huevos 6.

Continuad añadiendo la miel 7 y la mantequilla derretida previamente 8, luego mezclad bien con una batidora de mano 9.

Por último, añadid el aroma de almendra 10. Cubrid la masa con film transparente y dejad reposar en el frigorífico al menos dos horas o, si podéis, toda la noche 11. Verted la mezcla en una manga pastelera y luego tomad un molde para mini madeleines de silicona, con las clásicas formas de concha, luego llenad todas las formas 12. Si no tenéis el molde de silicona, también podéis usar un molde de metal y verter la masa con una cucharilla.

Transferid el molde a una bandeja de horno y hornead en horno estático a 190° durante unos 12 minutos, si usáis un horno ventilado, cocinad a 170° durante 6-7 minutos 13; si usáis un molde de metal, hornead a 180° hasta que estén doradas. Cuando se hayan templado, desmoldadlas delicadamente 14 y dejadlas enfriar sobre una rejilla 15. Conservadlas bajo una campana de vidrio o en un recipiente para que mantengan su fragancia.

Para preparar el granizado de café, comenzad haciendo el café. Para obtener un buen café, llenad la caldera de vuestra cafetera con agua fría y preferiblemente baja en cal 1, teniendo cuidado de no superar la válvula de seguridad (de lo contrario, obtendréis un café más largo). Llenad el filtro con el café molido formando un montículo que nivelaréis golpeando el filtro sobre la mesa con movimientos decididos 2. No presionéis con la cucharilla ni hagáis agujeros en la superficie 3.

Cerrad la cafetera muy bien 4, para que el café no salga por los lados mientras sube, y ponedla a fuego bajo y constante para obtener un café con cuerpo. A medida que el café sube, se formará una espuma densa 5: os recomendamos no dejar hervir demasiado tiempo el café para mantener intacta su dulzura y aroma. Vuestro café está listo: antes de utilizarlo, mezcladlo directamente en la moka con una cucharilla para hacer el café más homogéneo 6.

Ahora ocupáos de la realización del granizado: en un cazo antiadherente verted el azúcar 7 y añadid el agua 8. Después de cortar por la mitad una vaina de vainilla, vaciadla y unidla al agua y al azúcar con sus semillas 9 y llevad a ebullición.

Unid luego el café recién preparado 10 y transferid la mezcla a un recipiente bajo y ancho 11 para acelerar la congelación. Dejadlo enfriar, extraed la vaina de vainilla y cubrid el recipiente con una capa de film transparente. Ponedlo en el congelador durante al menos 15-20 minutos. Cuando la mezcla se haya solidificado, romped los cristales de hielo con los dientes de un tenedor o con una batidora cada 10-15 minutos, repitiendo la operación 2-3 veces 12. Cada vez el tiempo disminuirá, porque la preparación ya está fría y por lo tanto tardará menos tiempo en solidificarse. Esta operación debe llevarse a cabo con delicadeza para no alterar el color del granizado. De hecho, si se incorpora demasiada aire, corre el riesgo de volverse beige y ya no marrón oscuro. Mientras tanto, montad la nata fresca líquida y el azúcar glas con una batidora eléctrica para guarnecer el granizado.

Removed una última vez el granizado, teniendo en cuenta que cuanto más romped los cristales, más finos se volverán. Ahora componed el granizado: con una cuchara, verted el granizado de café en un vaso pequeño o una copa 13, decorad con un poco de nata montada 14 y un grano de café 15. ¡Vuestro granizado de café está listo para ser servido y acompañado de las mini madeleines!