Pastel de queso japonés

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PRESENTACIÓN

¿Alguna vez habéis soñado con morder una nube? Es prácticamente el sueño de todo niño, sentir su textura y sabor... y tal vez imaginar volar alto mientras se disfruta de ese enorme copo blanco. Si vuestra imaginación ha caído en una cascada de algodón de azúcar, significa que nunca habéis probado la cheesecake japonesa. Este postre del Lejano Oriente, también conocido como japanese cotton cheesecake, se ha hecho muy famoso en poco tiempo en varias versiones, una incluso con solo 3 ingredientes. Os proponemos la nuestra, que nos ha conquistado por su resultado esponjoso y espumoso, con una consistencia que se derrite, como la de los fluffy pancake y de la tarta sándwich con crema de mascarpone. Su sabor delicado la hace particularmente agradable y será aún mejor acompañada de una buena taza de té o café. ¡Seguid paso a paso la receta para descubrir que la cheesecake japonesa os hará volar mucho más arriba de las nubes! ¿Curiosos? ¡No os queda más que probarla!

INGREDIENTES
Ingredientes para un molde de 16 cm de diámetro (de la base)
Queso fresco para untar 250 g - a temperatura ambiente
Leche entera 100 g - a temperatura ambiente
Huevos 250 g - (aproximadamente 5 medianos) a temperatura ambiente
crémor tártaro 1 g
Azúcar 160 g
Mantequilla 100 g - a temperatura ambiente
Harina 00 50 g
Almidón de maíz 20 g
Azúcar glas cantidad suficiente - para espolvorear la superficie

Preparación

Para preparar la cheesecake japonesa, aseguraos de que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente. Luego poned agua en una bandeja grande y colocadla en el horno: calentad en modo estático a 180°, de esta manera el agua estará lo suficientemente caliente para la cocción al baño maría del postre. Mientras tanto, tomad los huevos (a temperatura ambiente) y separad las yemas de las claras: montad las claras con el cremor tártaro 1 y añadid también 80 gramos de azúcar poco a poco mientras las varillas están en funcionamiento 2. Tan pronto como la mezcla esté bien espumosa 3, apagad las varillas y limpiadlas cuidadosamente.

En un bol, verted el queso crema para untar, añadid el resto del azúcar 4 y trabajad todo usando de nuevo las varillas limpias 5. Luego verted poco a poco la leche a temperatura ambiente mientras continuáis trabajando la mezcla 6.

Cuando se haya absorbido, añadid también la mantequilla ablandada cortada en trocitos, siempre poco a poco 7. Una vez que la mantequilla se haya absorbido completamente y con las varillas siempre en funcionamiento, añadid poco a poco la harina 8 y la fécula de maíz 9;

finalmente, incorporad las yemas siempre a temperatura ambiente. Tened cuidado de añadirlas poco a poco 10: luego continuad trabajando la mezcla para que se absorban 11. En este punto, si notáis que hay grumos de queso en la mezcla, podéis colar la mezcla en un colador de malla ancha 12, de lo contrario podéis omitir este paso.

Retomad las claras montadas anteriormente y añadidlas al bol poco a poco 13. Mientras tanto, mezclad con un movimiento suave que va de abajo hacia arriba con una espátula 14, de esta manera cuidaréis de no desmontar las claras, solo cuando la primera cucharada de claras haya sido absorbida, podréis añadir la siguiente 15.

Para terminar, untad con mantequilla y enharinad un molde de 16 cm de diámetro (medido en la base), 20 cm de diámetro (en la superficie) y 12 cm de altura y verted la mezcla (16-17). Colocad la fuente en la bandeja al baño maría. Hornead todo en el estante más bajo del horno y coced durante 20 minutos a 180°, luego bajad la temperatura a 160° y continuad durante otros 70 minutos. Una vez cocido, apagáis el horno, retirad la bandeja con el baño maría y dejad enfriar completamente la cheesecake en el horno entreabierto, luego sacad el pastel del horno 18.

Dejad enfriar completamente: no os preocupéis si una vez enfriado notáis que el pastel se ha relajado desinflándose un poco 19. En este punto, colocad el molde en el frigorífico durante al menos 3 horas, para que todo se endurezca bien. Desmoldad en un plato para servir 20, espolvoread con azúcar glas 21; ¡disfrutad de vuestra cheesecake japonesa!

Conservación

La cheesecake japonesa se conserva en el frigorífico durante 3-4 días.

Se desaconseja la congelación.

Consejo

¿Cómo hacer que la cheesecake japonesa sea más aromática? ¡Intentad añadir cáscara de cítricos rallada, como limón o naranja, o las semillas de una vaina de vainilla!

En caso de tener dificultad para encontrar cremor tártaro, se puede sustituir con una pizca de levadura en polvo para postres.

Si os ha gustado la consistencia de la cheesecake japonesa, no os perdáis también la receta de la cheesecake vasca!

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.