Aceite de guindilla

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PRESENTACIÓN

¿Queréis darle un toque extra a una ensalada, a un plato de pasta o incluso a la pizza? El aceite de guindilla es un poderoso aliado para todos aquellos que aman añadir una nota picante a sus platos, proporcionando así una explosión de sabor incluso a los platos más sencillos. Preparar el aceite de guindilla es facilísimo y podéis utilizarlo tanto como condimento como para marinar carne o pescado antes de cocinarlos a la parrilla. Y si queréis poner a prueba vuestras papilas gustativas, podéis probarlo también en su forma pura, vertiendo un chorrito (¡con moderación!) sobre una rebanada de pan tostado: ¡no podréis prescindir de él nunca más!

INGREDIENTES
Ingredientes para 1 litro de aceite de guindilla
Guindillas picantes 30 g - secos
Aceite de oliva virgen extra 1 l

Preparación

Para preparar el aceite de guindilla, empieza con la desinfección de las botellas, como se indica en las directrices del Ministerio de Sanidad al final de la receta, asegurándote de quitar las partes metálicas y las juntas de goma antes de hervir las botellas. Una vez que hayas completado esta tarea, ponte un par de guantes y toma los chiles secos: retira el rabillo 1 y desmenúzalos uno a uno, recogiendo en un bol las cáscaras y las semillas (2-3).

Cuando todos los chiles estén desmenuzados, coloca un embudo dentro de la botella que hayas desinfectado previamente y vierte los chiles 4. Luego, siempre con la ayuda de un embudo, vierte también el aceite de oliva virgen extra 5. Cierra la botella 6 y deja reposar al menos 48 horas antes de poder empezar a utilizar el aceite a tu gusto.

Conservación

El aceite de guindilla se conserva durante 5-6 meses en un lugar fresco y seco, protegido de fuentes de calor y de la luz directa del sol.

Consejo

Para facilitar la operación de desmenuzado y una conservación más duradera, se recomienda utilizar chiles bien secos. También se recomienda tener mucho cuidado al manipular los chiles: siempre usa guantes y ten cuidado de no tocarte los ojos, la nariz y la boca.

¿Tienes chiles frescos? Puedes secarlos en el horno a la temperatura mínima (tomará varias horas) hasta que estén bien secos o secarlos al sol, preferiblemente en verano, cubiertos con una gasa para evitar que se deposite polvo u otras cosas.

IMPORTANTE

La preparación casera de conservas y mermeladas puede presentar riesgos para la salud. En un entorno doméstico no es posible crear las condiciones y medidas necesarias para garantizar la seguridad y la idoneidad de los alimentos, que, por el contrario, los procedimientos industriales son capaces de asegurar para prevenir contaminaciones peligrosas. Por lo tanto, es importante seguir escrupulosamente las indicaciones de seguridad alimentaria para reducir los riesgos, pero siempre hay que tener en cuenta que nunca se podrá obtener la misma seguridad alimentaria que presentan las conservas y mermeladas producidas a nivel profesional. Para una correcta preparación de las conservas caseras, remitimos a las directrices del Ministerio de Sanidad.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.