Confitura de higos y vainilla

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PRESENTACIÓN

La confitura de higos y vainilla está pensada para mantener vivo el recuerdo de los sabores veraniegos incluso en invierno. El mejor momento para prepararla es sin duda al final del verano... de hecho, los últimos días de agosto son el momento en que esta fruta fantástica, con forma de gota, alcanza su plena madurez. Para encapsular toda su dulzura y conservarla en la despensa hasta el invierno, los higos maduros son el ingrediente fundamental. Ya sea extendida sobre una rebanada de pan tostado, como acompañamiento de una tabla de quesos, o como relleno para vuestra tarta, esta confitura os deleitará en cualquier momento del día. La producción casera es siempre la mejor, realizad también vosotros la confitura de higos y vainilla para disponer siempre de un producto genuino que conserva todo el sabor de la fruta veraniega!

INGREDIENTES
Ingredientes para aproximadamente 1800 g de confitura
Higos 1900 g
Azúcar 800 g
Vaina de vainilla 1
Limones 1 - (el jugo más la ralladura)
Agua 80 g

Preparación

Para preparar la confitura de higos y vainilla, comenzad con la desinfección de los tarros y las tapas que servirán para conservar la confitura, siguiendo las directrices indicadas por el Ministerio de Sanidad al final de la receta. Lavád los frascos bajo agua corriente 1 y colocadlos dentro de una olla amplia. Insertad paños entre los varios frascos, para evitar posibles golpes durante la ebullición. Llenad con agua hasta cubrir completamente los frascos 2 y dejad hervir a fuego bajo durante 20 minutos, luego añadid también las tapas y dejad hervir 10 minutos más. Apagad el fuego y dejad enfriar. Una vez fríos, tomad los frascos y dejadlos secar completamente sobre un paño de cocina limpio 3.

Lavad delicadamente vuestros higos y peladlos 4, cortadlos en 4 5 y ponedlos en una cacerola grande junto con el agua 6 y llevad a ebullición.

Mientras tanto, con la ayuda de un pelador de patatas, pelad el limón 7, reservando la corteza, y extraed su jugo, filtrándolo 8. En este punto, cortad la vaina de vainilla y raspad las semillas con un cuchillo afilado 9.

Una vez que la mezcla de higos haya alcanzado el hervor 10, añadid el azúcar, el jugo del limón 11, la corteza, la vaina de vainilla y sus semillas 12.

Mezclad todo y continuad cocinando 13 hasta que la confitura alcance los 104° (utilizad un termómetro de cocina para medir la temperatura correcta). Durante este tiempo, utilizad una espumadera para eliminar la espuma que se formará en la superficie 14, para obtener una compota brillante una vez enfriada. Tan pronto como alcance la temperatura adecuada, retirad la confitura del fuego y eliminad la vaina de vainilla 15.

Dejad que se temple hasta que en la superficie se forme una ligera capa, luego mezcladla y envasadla en los frascos desinfectados, utilizando un cucharón o el embudo especial para confituras 16. Llenad los tarros teniendo cuidado de dejar 1 centímetro desde el borde y enroscád bien las tapas sin apretar demasiado 17. Dejad enfriar 18. Con el calor de la confitura se formará el vacío, lo que permitirá conservar el producto por mucho tiempo. Una vez que los tarros se hayan enfriado, verificad si el vacío ha ocurrido correctamente: podéis presionar en el centro de la tapa y, si no oís el clásico "click-clack", el vacío se habrá realizado. ¡Vuestra confitura de higos y vainilla está lista para ser degustada!

Conservación

La confitura de higos y vainilla se conserva durante unos 3 meses, siempre que el vacío se haya realizado correctamente y los tarros se conserven en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de luz y calor. Se recomienda esperar al menos un mes antes de consumir la confitura. Una vez abierto cada tarro, conservar en el frigorífico y consumir en un plazo de 3-4 días como máximo.

Consejo

Si deseáis obtener una confitura de higos y vainilla más suave, que no contenga trozos de fruta, batid la mezcla antes de envasarla!

IMPORTANTE

La preparación casera de conservas y mermeladas puede presentar riesgos para la salud. En un entorno doméstico, no es posible crear las condiciones y medidas necesarias para garantizar la seguridad y adecuación de los alimentos, que, por el contrario, los procedimientos industriales son capaces de asegurar para prevenir contaminaciones peligrosas. Por lo tanto, es importante seguir meticulosamente las indicaciones de seguridad alimentaria para reducir los riesgos, pero siempre hay que tener en cuenta que nunca se podrá obtener la misma seguridad alimentaria que presentan las conservas y mermeladas producidas a nivel profesional. Para una correcta preparación de conservas caseras, remitimos a las directrices del Ministerio de Sanidad.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.