Confitura de higos

/5

PRESENTACIÓN

Al final del verano en las cocinas se siente un cierto entusiasmo, la abundancia de frutas y verduras nos permite realizar mermeladas y confituras caseras que nos consentirán durante todo el invierno. Los aromas y sabores de todo lo que la naturaleza nos ofrece se encierran en cómodos tarros de vidrio para conservar en despensa. Después de la confitura de moras, hoy hemos elegido utilizar otro de los frutos de verano más amados, el higo negro, y transformarlo en una dulce confitura. ¡Gracias a su sabor azucarado, los higos negros resultan perfectos para nuestro propósito! Una vez realizada la confitura de higos no os quedará más que guardarla hasta el momento en que decidáis destapar el tarro. Ya sea untada en una rebanada de pan tostado o utilizada para rellenar una tarta, la confitura de higos os conquistará con su dulzura. Además, su sabor refinado la hace perfecta para enriquecer una tabla de quesos curados. De cualquier manera que decidáis disfrutarla, esta conserva será una garantía de bondad casera.

INGREDIENTES
Ingredientes para 980 g de confitura
Higos 1 ¼ kg
Azúcar 500 g
Limones 1 - el jugo (60 g) y la cáscara (15 g)
Agua 80 g

Preparación

Para preparar la confitura de higos comenzad con la sanitización de los frascos y las tapas que servirán para contener la confitura, como indicado en las guías del Ministerio de Salud al final de la receta. Lavad los tarros con agua corriente 1 y colocadlos dentro de una olla amplia y de bordes altos. Disponed un paño limpio entre los tarros para que al hervir no choquen entre sí rompiéndose. Llenad la cacerola de agua hasta cubrir completamente los frascos 2. Llevad a ebullición calentando a fuego bajo durante 20 minutos. Luego añadid también las tapas de los tarros y dejad hervir otros 10 minutos. Apagad el fuego y dejad templar. Cuando el agua esté fría, extraed los frascos y dejadlos secar sobre un paño seco 3.

Ahora proceded con la preparación de la confitura. Enjuagad los higos, eliminad los pedúnculos y retirad la piel 4. Cortadlos en cuartos y reservad. Proceded pelando un limón, ayudándoos con un pelador de patatas 6. Reservad las cáscaras.

Cortad el limón por la mitad 7 y extraed el zumo 8 reservándolo también. En este punto verted los higos en una cacerola junto con el agua 9.

Añadid el azúcar 10 y las cáscaras del limón 11 junto con el zumo. Comenzad a calentar y eliminad la espuma superficial ayudándoos con una espumadera 12 para obtener una mermelada brillante cuando se enfríe. Continuad mezclando para que el compuesto no se pegue.

Cuando el compuesto haya alcanzado la temperatura de 104°C (que podéis medir con un termómetro de cocina), apagad el fuego y dejad templar. En la superficie deberá formarse una fina película que deberéis mezclar con la confitura. Luego envasad la confitura templada en los frascos que habéis sanitizado previamente, ayudándoos con un embudo para confituras 13 y cuidando de dejar 1 centímetro de espacio desde el borde. Enroscád bien las tapas sanitizadas pero sin apretar excesivamente 14 y dejad enfriar 15. Con el calor de la confitura se creará el vacío, lo que permitirá conservar el producto por mucho tiempo. Una vez que los tarros se hayan enfriado, verificad si el vacío se ha producido correctamente: podéis presionar en el centro de la tapa y, si no escucháis el clásico "click-clack", el vacío se habrá producido.  ¡Vuestra confitura de higos está lista para ser disfrutada!

Conservación

La confitura de higos se conserva por unos 3 meses, siempre que el vacío se haya producido correctamente y los frascos se conserven en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de luz y calor. Se recomienda esperar al menos 2-3 semanas antes de consumir la confitura. Una vez abierto cada tarro, conservar en el frigorífico y consumir en un plazo de 3-4 días como máximo.

Consejo

¿Estáis buscando una confitura con un toque de sabor adicional? ¡Aromatizad los higos mientras hierven con las semillas de una vaina de vainilla!

IMPORTANTE

La preparación casera de conservas y mermeladas puede presentar riesgos para la salud. En un entorno doméstico no es posible crear las condiciones y medidas necesarias para garantizar la seguridad e idoneidad de los alimentos, que, por el contrario, los procedimientos industriales son capaces de asegurar para prevenir contaminaciones peligrosas. Es por ello importante seguir rigurosamente las indicaciones de seguridad alimentaria para reducir los riesgos, pero siempre se debe tener en cuenta que no se podrá obtener la misma seguridad alimentaria que presentan las conservas y mermeladas producidas a nivel profesional. Para una correcta preparación de las conservas caseras remitimos a las guías del Ministerio de Salud.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.