Albóndigas en ensalada

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PRESENTACIÓN

¿Acalorados y hambrientos? Para refrescaros del calor veraniego os proponemos un fresco y rico plato único: albóndigas en ensalada, que combina la ligereza de la ensalada con la textura crujiente de las albóndigas de garbanzos, sabrosas y sustanciosas, ideales para recargar energías después de un paseo por la montaña o un día en la playa. Una sabia mezcla de texturas y sabores reunidos en un solo plato que sabrá estimular el apetito de toda la familia. Llevar a la mesa un plato apetitoso que llenará de sabor vuestros almuerzos de vacaciones es más fácil de lo que pensáis, ¡venid a descubrir nuestra receta de albóndigas en ensalada!

INGREDIENTES

Ingredientes para 28 albóndigas
Garbanzos secos 150 g
Huevos 35 g - (1 pequeño)
Cebolleta fresca 80 g
Grana Padano DOP 50 g - para rallar
Pan rallado 25 g
Sal fina cantidad suficiente
Pimienta negra cantidad suficiente
Aceite de semillas 1 l - para freír
para la ensalada
Lechuga lollo 180 g
Canónigos 65 g
Tomates corazón de buey 370 g
Provola 180 g
Mango 350 g
Almendras en láminas 30 g
para el aderezo
Mostaza 50 g
Aceite de oliva virgen extra 20 g
Zumo de limón 30 g
Sal fina cantidad suficiente

Preparación

Para preparar el plato único de albóndigas en ensalada, comenzad poniendo en remojo los garbanzos durante 12 horas 1. Una vez pasadas las 12 horas, enjuagad los garbanzos bajo agua corriente 2 y secadlos con un paño de cocina 3.

Eliminad el tallo de la cebolleta, recortad la base y cortadla en rodajas gruesas 4. Verted los garbanzos en el vaso de la batidora, cortad en rodajas también la cebolleta fresca 5, salpimentad y triturad hasta obtener una mezcla homogénea bien troceada 6.

Pasad los garbanzos triturados a un bol, añadid el huevo 7, el Grana rallado 8 y el pan rallado 9.

Mezclad para amalgamar todos los ingredientes 10, luego tomad una pequeña porción de masa (aproximadamente 15 gr) y formad bolitas, a medida que hagáis las albóndigas colocadlas en una bandeja cubierta con papel de horno 11. Con las cantidades indicadas obtendréis unas 28 albóndigas. Poned a enfriar las albóndigas en el frigorífico durante 1 hora. Mientras tanto, preparad la salsa para aderezar la ensalada: en un bol verted la mostaza, el aceite de oliva 12

y el zumo de limón 13, mezclad con una cuchara y sal al gusto 14. Reservad la salsa y tostáis en la sartén las almendras laminadas durante unos 3 minutos, el tiempo necesario para dorarlas en la superficie 15.

Lavad los tomates y cortadlos en cubos 16, cortad en dados la provolone 17, luego lavad también la lechuga y cortadla en tiras 18.

Reservad los ingredientes y retomad las albóndigas de garbanzos: en una sartén calentad el aceite de semillas hasta que alcance los 180°, para una fritura óptima se recomienda utilizar un termómetro de cocina. Una vez que el aceite haya alcanzado la temperatura adecuada, sumergid las albóndigas 19, pocas a la vez para no bajar la temperatura del aceite. Cocinad las albóndigas durante un par de minutos o hasta que estén doradas, luego escurridlas con una espumadera y colocadlas sobre una bandeja cubierta con papel absorbente para secar el exceso de aceite 20 y dejadlas enfriar un poco. Mientras tanto, terminad la preparación de la ensalada cortando el mango en gajos 21.

Luego, quitad la piel de cada gajo 22 y cortadlo en dados 23. Todo está listo para montar la ensalada: en un plato de servir, verted la lechuga y el canónigos, añadid la provolone 24

Los tomates, el mango y las almendras tostadas 25, aderezad con la salsa que habéis preparado previamente 26, mezclad con una cuchara para dar sabor y terminad el plato con las albóndigas de garbanzo fritas 27. Vuestras albóndigas en ensalada están listas para llevar a la mesa.

Conservación

Se recomienda consumir las albóndigas en ensalada inmediatamente después de condimentar el plato. Como alternativa, podéis conservar las albóndigas fritas por separado en el frigorífico durante 1-2 días máximo, o bien congelarlas crudas friéndolas directamente congeladas cuando sea necesario.

Consejo

Quien ame el toque crujiente puede usar lechuga iceberg mientras que quien busque sabores fuertes puede añadir aceitunas negras. Como alternativa a la provolone, podéis usar scamorza ahumada si preferís un sabor más decidido.

La masa de estas albóndigas está pensada para freír, se desaconseja por tanto la cocción al horno ya que resultarían demasiado secas.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.