Baklava

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PRESENTACIÓN

Quien haya estado en Grecia seguramente habrá llevado en su maleta de recuerdos, junto al azul del mar y el canto de las cigarras, también el sabor intenso e inconfundible del baklava. Pero no se trata de un postre exclusivamente griego, al contrario... el baklava en todas sus variantes es una delicia que se puede saborear en muchos países del área balcánica y del Medio Oriente, así como otras recetas de origen incierto como el tzatziki o los dolmadakia. Las diferencias son múltiples y van desde la forma, el número de capas, hasta el relleno, que puede realizarse con varios tipos de frutos secos: en Turquía, por ejemplo, se utilizan principalmente los pistachos. Antiguamente el baklava era elaborado por las mujeres de casa solo en ocasiones de fiestas y celebraciones especiales porque su preparación requería un trabajo largo y paciente. Hoy en día es muy común el uso de la pasta filo ya lista que permite reducir tanto los tiempos como el esfuerzo, sin comprometer el resultado: reconoceréis de hecho el sabor característico del jarabe de miel, que es absorbido por el relleno para luego liberarse en una explosión de dulzura en cada bocado. Hemos optado por utilizar almendras, pero vosotros podéis variar la forma y el relleno para realizar una versión que se acerque lo más posible a la de vuestros recuerdos...

¡Si os gusta la pasta filo, probad también la tarta salada en sartén con calabacines!

 

INGREDIENTES

Ingredientes para una bandeja de 36x27 cm
Pasta filo 300 g - fresca (rectangular)
Almendras peladas 400 g
Mantequilla 300 g
Canela en polvo 8 g
para el jarabe
Miel de flores 250 g
Azúcar 200 g
Agua 200 g

Preparación

Para realizar el baklava, primero fundid la mantequilla en un cazo. Dejad enfriar la mantequilla fundida y mientras tanto ocupáos del relleno: colocad las almendras peladas en un robot de cocina 1 y trituradlas groseramente, luego añadid la canela en polvo 2 y mezclad para integrarla bien 3.

Tomad una bandeja de 36x27 cm (debe tener la misma medida que las hojas de pasta filo) y untad el fondo con la mantequilla fundida 4. Colocad dentro una primera hoja de pasta filo 5 y untadla con la mantequilla fundida 6,

luego cubrid con una segunda hoja de pasta filo 7 que volveréis a untar con la mantequilla fundida. En este punto, esparcid un tercio del relleno sobre toda la superficie, cubrid con otras 2 hojas de pasta filo 9, untadas individualmente, y continuad de esta manera alternando el relleno con las capas de pasta filo, cada una de las cuales debe estar compuesta por 2 hojas untadas individualmente: en total debéis realizar 3 capas.

Después de haber distribuido la última capa de relleno 10, terminad el baklava con 8 hojas de pasta filo superpuestas una sobre otra y untadas individualmente 11: en total debéis utilizar 14 hojas de pasta filo. En este punto cortad el baklava en rombos de aproximadamente 4 cm utilizando un cuchillo bien afilado 12 y hornead en horno estático precalentado a 160° durante 40 minutos en la rejilla del medio.

Mientras tanto preparad el jarabe: calentad el agua en un cazo, luego añadid el azúcar 13 y la miel 14 y dejad cocinar a fuego muy bajo durante al menos una hora 15.

Una vez cocido, retirad el baklava del horno y dejadlo enfriar completamente. Cuando el jarabe esté listo vertedlo aún caliente sobre la superficie del baklava de modo que llene todas las ranuras 17. Guardad el baklava en el frigorífico y disfrutadlo al día siguiente 18.

Conservación

El baklava se puede conservar en el frigorífico durante unos 4 días. Se desaconseja congelarlo.

Consejo

Podéis variar la mezcla de frutos secos a vuestro gusto utilizando también pistachos, nueces y avellanas. Además, podéis aromatizar el jarabe con unas gotas de extracto de vainilla. Si utilizáis pasta filo congelada, será necesario dejarla descongelar en el frigorífico toda la noche antes de usarla.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.