Cómo limpiar la trufa

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PRESENTACIÓN

La trufa, "escultura mágica de la tierra" para usar una poética descripción de Alessandro Haber, es un hongo subterráneo del cual se cuentan, solo en Europa, más de treinta especies diferentes. Su nombre deriva del latín tardío "terrae tufer" ("tuber" en latín clásico) que significa "crecimiento de tierra", justamente para recordar su particular forma irregular. Es un producto muy apreciado que se distingue en dos tipos principales: la trufa negra, también llamada trufa de Norcia y la más preciada trufa blanca, conocida con el nombre de trufa de Alba o piamontesa. Las dos especies deben tratarse de manera diferente en la cocina: para limpiar la trufa blanca se utiliza solo un cepillo o pincel de cerdas suaves, mientras que durante la limpieza la trufa negra se puede pasar también bajo agua fría. La variedad blanca, además, debería ser utilizada "para rallar" sin cocción, principalmente sobre platillos fríos o crudos, para preservar todo su aroma y suave sabor a avellana; al contrario, la trufa negra puede ser añadida a los platillos en cocción, al final. La trufa se combina a la perfección con platos de sabor delicado como los huevos escalfados o fritos, las fettuccine, los risottos, los ravioli, rellenos para verduras como en el caso de las cebollas, el tartar de Fassona al cuchillo o un gustoso plato a base de filete. ¡Aquí te mostramos cómo limpiar la trufa y cómo conservarla correctamente!

INGREDIENTES
Trufas 40 g

Cómo limpiar la trufa

Para conservar la trufa que habéis comprado o que os han regalado, podréis mantenerla algunos días cerrada en un frasco de vidrio, perfectamente limpio y seco. Para conservar toda su fragancia es necesario mantener un grado de humedad correcto en su interior. Para ello, se recomienda envolverla, aún sin lavar, con una gasa seca y limpia 1, o con papel de cocina o un trozo de tela sin olores a detergente. Lo importante es que se envuelva con un material transpirable que permita un intercambio de oxígeno. Luego colócala en un frasco de vidrio seco y limpio 2, cierra la tapa 3 y guarda el frasco en un lugar fresco, incluso en el estante menos frío del frigorífico, durante aproximadamente una semana.

Cuando llegue el momento de usar la trufa en vuestras preparaciones, si se trata de la negra, enjuágala bajo agua corriente fría para eliminar el exceso de tierra 4 y límpiala cuidadosamente removiendo toda impureza utilizando un cepillo o pincel de cerdas semiduras (si es trufa blanca, puedes usar un cepillo o pincel de cerdas muy suaves) 5. Hecho esto, la trufa estará lista para ser cortada finamente con el cortador de trufas adecuado 6, ¡para condimentar primeros platos, huevos o aromatizar tiernos filetes!

Conservación

La trufa es un ingrediente muy delicado. Es posible conservarla en un lugar fresco y por un breve periodo (máximo 7-8 días) envuelta en una gasa transpirable y cerrada en un frasco de vidrio.

Previamente limpiada, la trufa negra también se puede congelar entera, aunque perdería parte de su fragante aroma.

Consejo

Coloca la trufa en frascos cerrados que contengan huevos o arroz, ¡así adquirirán su intenso aroma! Tened cuidado, sin embargo, de mantener la trufa lo menos posible en contacto con el arroz ya que este último es un deshidratante natural y favorecería la rápida desecación del preciado hongo.

Curiosidades

Difundida ya en el antiguo Egipto como platillo cocido "en papillote" envuelto en grasa (la "Terfezia"), la trufa también era apreciada por griegos y romanos quienes le atribuían propiedades terapéuticas y afrodisíacas ya que lo consideraban de origen divino. En la época medieval, sin embargo, se creía que la trufa era un fruto diabólico y, por un tiempo, dejó de ser consumida.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.