Bretzel

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PRESENTACIÓN

El bretzel o pretzen es el sabroso pan de origen alsaciano, uno de los símbolos de los países de habla alemana y del Tirol del Sur, con su característico color ámbar y su forma anudada e inconfundible sabor.
El bretzel está espolvoreado con sal y por eso se acompaña muy bien con la cerveza, pero también puede aromatizarse con anís o comino. En las mesas de los locales y bares se encuentra a menudo apilado en soportes de madera en forma de cruz.
Los bretzel deben su característica forma de “nudo suelto” a su origen: la leyenda dice que es la merienda más antigua del mundo, difundida ya en el año 610.
Según la leyenda, los bretzel fueron difundidos por los monjes del sur de Francia que los regalaban como premio a los niños que lograban aprender de memoria algunos versos de la Biblia. Bretzel significaría de hecho recompensa y su forma recordaría los brazos cruzados de los niños en actitud de oración: los tres característicos agujeros representarían la Trinidad. Su color marrón se debe a un panadero que, agotado, se quedó dormido frente al horno mientras los bretzel se cocían, haciendo que se quemaran.
Otra leyenda cuenta que este pan fue inventado por un panadero muy querido por sus conciudadanos, pero que terminó en prisión por haber perjurado contra el señor del lugar, quien para devolverle la libertad le pidió que inventara un pan en el que se pudiera ver tres veces la forma del sol.
Existen varias recetas de bretzel, tanto dulces como saladas, delgados y bastante secos, o más gruesos y suaves, ideales para rellenar con embutidos y disfrutar como un bocadillo: estos últimos son los que os proponemos. Con la misma masa también podéis realizar los Bollos de pretzel perfectos para una noche temática de hamburguesas.

INGREDIENTES

Ingredientes para 5 bretzel
Harina 00 340 g
Agua 185 g
Sal fina 5 g
Levadura seca de cerveza 2 g
Mantequilla 15 g - (a temperatura ambiente)
Escamas de sal cantidad suficiente
para la cocción
Bicarbonato 35 g
Agua 2 l

Preparación

Para preparar los bretzel, verted la harina tamizada en el interior de una amasadora equipada con gancho 1. Añadid también la levadura deshidratada 2 y la mantequilla a temperatura ambiente 3.

Comenzad a trabajar la masa, accionando el gancho a baja velocidad, y añadid el agua a temperatura ambiente poco a poco 4. Tras incorporar toda el agua, dejad trabajar unos minutos más hasta obtener una masa compacta. A continuación, añadid la sal 5 y trabajad unos minutos más a velocidad media 6 hasta que la masa esté bien ligada.

Transferidla a la superficie de trabajo 7 y con las manos formad un cilindro 8. Usad un cortador para dividir en piezas de 100 g 9,

obtendréis 5 10. Tomad la primera pieza y formad un cordón de unos 50 cm de largo 11, afinando más los extremos. Doblád los dos extremos hacia abajo 12.

Dad al cordón la típica forma de "nudo suelto". Cruzad los dos extremos 13 y volvedlos hacia el interior 14. Pellizcad luego la masa para unirla al cordón central 15.

Colocad en una bandeja bien enharinada 16 y continuad de esta manera hasta formarlos todos. Dejad reposar durante 30 minutos 17, luego colocad en la nevera durante una hora. Cuando la hora esté casi cumplida, poned el agua a hervir, y cuando alcance el punto de ebullición, añadid el bicarbonato 18.

Con la ayuda de una espumadera, pasad el primer bretzel al agua hirviendo 19, esperad unos 30-40 segundos hasta que estén brillantes. Luego escurrid bien 20 y transferid a una bandeja con papel de horno 21.

Haced un corte largo en la parte inferior de los bretzel, la más gruesa 22. Espolvoread con copos de sal 23 y hornead en horno estático precalentado a 220° durante 20 minutos. Cuando estén bien dorados, sacadlos del horno 24 y servid.

Conservación

Los bretzel se conservan durante 2 días a temperatura ambiente. Es posible congelarlos después de la cocción.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.