Cómo limpiar y cortar la berenjena

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PRESENTACIÓN

La berenjena es un vegetal originario de la India y China, que en Italia ha conquistado sobre todo el sur, donde es el ingrediente clave de innumerables recetas. La berenjena, además de ser un vegetal increíblemente versátil en la cocina, también es una fuente de bienestar: contiene mucho hierro y su aporte calórico es muy bajo, por lo que es perfecta para incluir en dietas. Aunque hoy en día se encuentran berenjenas en los supermercados durante todo el año, la recolección se realiza en el período estival-otoñal, concretamente de junio a octubre según la zona de cultivo. Generalmente, la berenjena se recolecta un poco antes de su desarrollo completo, es decir, cuando aún está firme, porque de lo contrario resultaría demasiado picante y con muchas semillas. Existen diversas variedades, que se distinguen por su forma y color: están las redondas, ideales para empanar y freír; las ovaladas, como la berenjena roja de Rotonda para rellenar y las oblongoas, perfectas para asar a la parrilla o para hacer deliciosas albóndigas; finalmente, las largas, que suelen usarse para preparar caviar de berenjenas o para hacer rellenas a la "napolitana". Los colores varían desde el violeta pálido, con estrías blancas, del amarillo-verde al blanco. Te preguntarás cuál es la diferencia: las berenjenas de forma alargada tienden a tener un sabor más fuerte y amargo, mientras que las redondas y oblongas tienen un gusto más delicado. Con esta Escuela de cocina aprenderás cómo cortarlas y limpiarlas y consultando nuestras recetas con berenjenas, ¡también lograrás preparar platos realmente irresistibles!

INGREDIENTES
Berenjenas 1

Cómo limpiar y cortar la berenjena

Primero asegúrate de que la consistencia de la berenjena sea firme, la piel sea brillante y lisa, sin abolladuras o manchas marrones y que el peso sea proporcional a su tamaño. De la calidad de la berenjena, de hecho, depende el éxito de tu plato. A pesar de que hay diferentes tipos: redondas, ovaladas, oblongas y largas 1, las berenjenas se limpian todas de la misma manera. Así que lava cuidadosamente la berenjena bajo agua corriente 2 y sécala con un paño 3.

Luego, retira el pedúnculo, que a veces puede ser espinoso, con un cuchillo 4 y si prefieres elimina también la base, que sin embargo deberás mantener si, por ejemplo, quieres preparar berenjenas rellenas. En la mayoría de las recetas de la tradición culinaria italiana la piel no se quita. En caso de que quieras quitar la piel, consigue un pelador de patatas o un cuchillo e incide la piel sosteniendo la berenjena con la extremidad más estrecha hacia arriba y quita la piel de arriba hacia abajo 5, hasta que la berenjena esté completamente pelada 6.

Es importante recordar que la berenjena debe pelarse en el momento de usarla, porque tiende a oscurecerse muy rápidamente. Para evitar este inconveniente puedes exprimir un poco de jugo de limón sobre la berenjena pelada y luego cortada en rodajas 7. Si deseas eliminar el sabor amargo, el exceso de agua y por lo tanto hacerla más dulce, desagua la berenjena bajo sal antes de proceder a la cocción. Después de haberla lavado, córtala en rodajas y coloca las rodajas en un colador, donde las espolvorearás con sal gruesa 8. Luego cúbrelas con un plato o una bandeja 9 y pon un peso encima para favorecer el desagüe.

Déjalas desaguar durante unas 2 horas, para que salga parte del líquido amargo 10. Luego enjuaga las rodajas una a una 11 y sécalas con un paño 12. Por supuesto, la berenjena en este caso resultará más salada.

El corte de la berenjena depende de la preparación que se quiera realizar, por lo que existen diferentes formas. Para cortar la berenjena en rodajas, coloca la berenjena limpia en horizontal sobre una tabla de cortar o una superficie y córtala en rodajas del grosor que prefieras 13. Por lo general, el grosor ideal es de aproximadamente 1 cm. Este corte es adecuado para las preparaciones a la parrilla. Para cortar la berenjena en rodajas longitudinales, consigue una mandolina y corta la berenjena con un grosor de pocos milímetros para hacer un carpaccio o de aproximadamente 1 cm para empanarla y freírla 14. Si no tienes una mandolina, puedes realizar la misma operación con un cuchillo. Si deseas cortar la berenjena en bastones, para luego ponerla en conserva en aceite, córtala longitudinalmente en rodajas regulares, superpone las rodajas y córtalas a lo largo, formando bastones del tamaño que prefieras 15.

A partir del corte en bastones, puedes realizar el corte en dados, para preparar pastas o risottos: coloca en orden los bastones que has formado y luego córtalos a lo ancho. El tamaño de los dados varía según la preparación: 1 cm es ideal para pastas o risottos 16. Si deseas preparar tu berenjena rellena, divídela por la mitad a lo largo o ancho según tus preferencias e incide la pulpa con un cuchillo pequeño, dejando 1 cm de borde desde la piel 17. Luego excava la pulpa con una cuchara 18.

Para hacer albóndigas o caviar de berenjenas, por ejemplo, es necesario excavar la pulpa después de haber cocido al horno la berenjena. Cubre entonces una bandeja con papel de horno y coloca encima la berenjena entera después de haberla lavado 19. Cocina en el horno por un tiempo que varía según la preparación, hasta que alcance una consistencia blanda y tostada 20. Una vez cocida, ábrela por la mitad y retira la pulpa ayudándote con una cuchara 21.

Conservación

La berenjena entera se conserva por unos días en el frigorífico. Para verificar su frescura, controla que la pulpa sea firme y la piel brillante; si presenta partes arrugadas, opacas y blandas entonces está marchitándose. Además, para conservarla por más tiempo es mejor no eliminar el pedúnculo y no cerrarlas en bolsas de plástico. Se pueden conservar en una bolsa de papel perforada o simplemente en el cajón del frigorífico. La berenjena es un vegetal que se presta a ser congelado incluso crudo. Puedes congelarla en rodajas o en dados. Después de haberlas limpiado como indicado en los pasos anteriores, córtalas a lo largo en rodajas de 1 cm de grosor. Coloca las rodajas en una bandeja amplia con bordes bajos y rocíalas con jugo de limón 1. Después de unos segundos sécalas ligeramente para secarlas, ásalas durante 3 minutos en una sartén antiadherente 2 y ponles sal 3.

Luego transfiere las rodajas asadas a una bandeja o bandeja para hornear, distanciándolas bien unas de otras 4. Cubre con film transparente 5 y precongélalas en el congelador. Cuando las rodajas de berenjena estén rígidas, sácalas del congelador y transfiérelas a un recipiente hermético o a una bolsa para alimentos 6.

Sella la bolsa herméticamente y congela 7. Las rodajas de berenjena podrán ser consumidas en un plazo de 8 meses desde su congelación. Cuando las necesites, podrás cocinarlas directamente sin descongelarlas primero. Las berenjenas crudas también pueden ser congeladas en cubos. Corta la berenjena en cubos de aproximadamente 1,5 cm de lado y transfiérelos directamente a una bolsa para alimentos sin escaldarlos 8. Sella bien la bolsa 9 y congela. Los cubos de berenjenas crudas durarán 6 meses y podrás usarlos sin previa descongelación.

Las berenjenas ya cocidas, que se encuentran dentro de otras preparaciones, como por ejemplo una salsa, una parmigiana o fritas, pueden ser congeladas dentro de moldes de aluminio o recipientes herméticos. Lo importante es dejar enfriar las preparaciones antes de congelarlas, para facilitar el proceso y mantener los colores y sabores del plato. En cuanto a los tiempos de conservación, siempre es recomendable consumir los platos congelados lo antes posible, por lo que no más de dos meses.

Consejo

Este es un vegetal muy versátil en la cocina, puedes preparar una multitud de recetas, pero se recomienda no consumirla cruda. La berenjena, como por ejemplo las patatas, contiene solanina, una sustancia tóxica que si se ingiere en grandes cantidades puede provocar alteraciones del estado mental e irritaciones en la mucosa gástrica. Cuanto más madura está la berenjena, menor es la concentración de solanina. La cocción y la salazón con sal ayudan a eliminar los residuos de esta sustancia.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.