Pastel de calabaza

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PRESENTACIÓN

A quien le gusta la calabaza la comería de cualquier manera: rellena, al horno, a la sartén, gratinada... ¿por qué entonces no juntar todas estas preparaciones para realizar una receta aún más rica y sabrosa? El pastel de calabaza es un plato rústico enriquecido con bacon, queso y una mezcla de leche y nata que al final de la cocción os regalará una consistencia cremosa y al mismo tiempo fundente, coronada con la imprescindible costra dorada. Un acompañamiento sustancioso, ideal para servir también como segundo plato o plato único, que seguramente entrará en el top ten de los fanáticos de este fabuloso vegetal.

INGREDIENTES

Calabaza 1,3 kg - para limpiar
Bacon 150 g - en rodajas
Emmentaler 150 g - en rodajas
Nata fresca líquida 250 g
Leche entera 200 g
Perejil cantidad suficiente - erizo
Sal fina cantidad suficiente
Pimienta negra cantidad suficiente
para engrasar la fuente
Mantequilla cantidad suficiente

Preparación

Para preparar el pastel de calabaza, primero limpia la calabaza: elimina la piel, quita las semillas y los filamentos internos 1 y córtala en rodajas de 1 cm de espesor 2: deberás obtener unos 900 g de calabaza limpia. Divide las lonchas de bacon por la mitad 3.

Unta con mantequilla una fuente para horno de 35x24 cm y coloca dentro las rodajas de calabaza ligeramente superpuestas, alternándolas con las lonchas de bacon (4-5). Ajusta de sal y pimienta 6.

Ahora vierte la leche y la nata en un cazo 7, añade una pizca de sal 8 y lleva a ebullición a fuego lento, mezclando con un batidor 9.

Vierte la mezcla en la fuente de horno rociando uniformemente las rodajas de calabaza 10. En este punto, corta el Emmental en tiras 11 y distribúyelo en la superficie 12.

Una vez listo 13, hornea el pastel en horno estático precalentado a 180° en la rejilla del medio durante unos 50 minutos, hasta que esté bien dorado en la superficie. Saca del horno, adorna con unas hojas de perejil rizado 14 y sirve tu pastel de calabaza bien caliente 15!

Conservación

El pastel de calabaza se puede conservar en el frigorífico durante un máximo de 2 días. Se puede congelar antes o después de la cocción.

Consejo

Como alternativa al Emmental, puedes utilizar fontina u otro queso similar. Si deseas, puedes sustituir la mezcla de leche y nata por unos 500 ml de bechamel bastante fluida.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.