Rosquillas fritas

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PRESENTACIÓN

Las Rosquillas suaves al horno son unos dulces ideales para disfrutar en el desayuno, pero cuando tenemos ganas de darnos un verdadero capricho, ¡las rosquillas fritas no tienen rival! Aquí os presentamos una versión 100% italiana de los Donuts, las icónicas rosquillas americanas cubiertas de glasa de colores. Prepararlas en casa es bastante sencillo, incluso sin amasadora: trabajando la masa a mano con un poco de paciencia y esperando los tiempos adecuados de fermentación, obtendréis unas rosquillas muy suaves. También la fritura es un paso a no subestimar: solo a la temperatura indicada las rosquillas quedarán bien cocidas por dentro y doradas a la perfección. Una vez listas, podéis disfrutar de vuestras rosquillas fritas al natural o cubiertas de azúcar, como las Graffe, pero si queréis hacerlas realmente especiales, os recomendamos probar esta versión con glasa de café y una cascada de granillo de avellanas. ¡Listos para amasar!

Descubrid también estas recetas de rosquillas, fritas y al horno:

 

INGREDIENTES

Harina 0 300 g - fuerte (W 360)
Leche entera 130 g - a temperatura ambiente
Mantequilla 30 g
Azúcar 40 g
Levadura seca de cerveza 3 g - (o 9 g de levadura de cerveza fresca)
Huevos 1
Sal fina 1 pizca
para freír
Aceite de cacahuete cantidad suficiente
para la glasa de café
Café 40 ml
Azúcar glas 150 g
para decorar
Granillo de avellanas cantidad suficiente

Preparación

Para preparar las rosquillas fritas, comenzad con la masa. Verted la leche a temperatura ambiente en un bol pequeño, añadid la levadura 1 y el azúcar 2. Mezclad hasta que estén bien disueltos 3.

En un bol grande, verted la harina y la mantequilla 4, añadid el huevo 5 y empezad a amasar con las manos. Continuad amasando vertiendo poco a poco la leche, donde habéis disuelto la levadura 6

Continuad trabajando hasta obtener una mezcla homogénea 7, luego trasladadla a una superficie enharinada, añadid una pizca de sal 9 y trabajad la masa durante unos 10 minutos 8.

Debéis obtener una mezcla lisa y elástica 10. Engrasad un bol con un poco de aceite y colocad vuestro bloque de masa dentro, cubridlo con film plástico 11 y dejadlo fermentar, a temperatura ambiente, hasta que doble su tamaño 12. Esto llevará unas 4-5 horas. 

Pasado este tiempo, trasladad nuevamente la masa a una superficie de trabajo y formad dos cilindros 13. De cada cilindro, cortad 5 piezas iguales 14, para obtener un total de 10. Tomad cada porción y, trabajándola entre las manos, formad una bolita 15

Cortad 10 cuadrados de papel de horno. Engrasad vuestras manos con un poco de aceite y aplastad cada bolita sobre uno de los cuadrados de papel de horno 16, debéis obtener un disco de aproximadamente 8-10 cm. Usando la parte inferior de una cuchara de madera, haced un agujero en el centro 17 y con las manos ampliadlo suavemente 18.

Proceded de esta manera con toda la masa. Dejad fermentar las rosquillas una hora más sin cubrirlas 19. Verted 3 dedos de aceite en una sartén con bordes altos y llevadlo a una temperatura de 170°. En este punto, colocad las rosquillas en el aceite (pocas a la vez para no bajar la temperatura) junto con el papel de horno 20, que se soltará en menos de un minuto. Retirad poco a poco los cuadraditos de papel con unas pinzas 21.

Dorad las rosquillas por ambos lados 22. Tomará un total de 5-6 minutos. Si se doran demasiado rápido, reducid el fuego. Colocad las rosquillas sobre papel absorbente 23. Encargaos de la glasa. Colocad el azúcar glas en un bol y añadid el café poco a poco (no todo de una vez porque podría no ser necesario todo), mezclando poco a poco con un tenedor 24.

Debéis obtener una glasa espesa y sin grumos 24. Sumergid la parte superior de las rosquillas en la glasa 26, dadles la vuelta sobre una tabla y espolvoreadlas inmediatamente con el granillo de avellanas 27. En pocos minutos, la glasa se secará y estaréis listos para disfrutar de vuestras rosquillas!

Conservación

Para disfrutarlas al máximo de su frescura, os recomendamos consumir las rosquillas fritas dentro de unas horas de su preparación. Podéis congelar las rosquillas todavía crudas y freírlas tras descongelarlas.

Consejo

Podéis enriquecer la superficie de vuestra glasa también con otros frutos secos, granillo de azúcar o escamas de chocolate.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.