Galletas de miel

Para preparar las galletas de miel, comienza colocando en un bol grande (o sobre una superficie de trabajo), 300 g de harina en forma de volcán (reserva unos 50 g y ajusta si necesitas más después), el azúcar, la mantequilla, la miel (mejor si es más compacta) 1, los dos huevos, las especias y la levadura 2; pon todo en una batidora y amasa bien los ingredientes hasta obtener una masa homogénea y suave.

Si la masa queda demasiado blanda y pegajosa (debido al tipo de miel utilizada), añade hasta un máximo de 50 g de harina 4.
Envuelve la masa en papel film 5 y colócala en el frigorífico durante al menos una hora. Transcurrido el tiempo necesario, toma la masa y extiéndela sobre una superficie de trabajo, dándole un grosor de aproximadamente ½ cm; con moldes de varias formas 6, corta varias formas de la masa que colocarás poco a poco en una bandeja forrada con papel de horno, separándolas 2-3 cm entre sí. Cuando hayas llenado la primera bandeja, hornéala a 180° durante unos 15 minutos (o tan pronto como los bordes de las galletas empiecen a dorarse ligeramente).
Mientras tanto, prepara el glaseado de agua, siguiendo las indicaciones que encuentras Glaseado de agua.
Cuando las galletas se hayan enfriado puedes decorarlas con el glaseado con la ayuda de una cucharilla y luego con el sprinkle o los azucarillos. Si no te gusta mucho el glaseado sobre las galletas, como alternativa, antes de hornearlas, puedes colocar una media almendra pelada en el centro de cada una de ellas, y luego pincelarlas completamente con huevo batido, lo que después de la cocción, las hará brillantes y apetitosas. Deja secar el glaseado de las galletas y luego consérvalas en una caja de lata.