Confitura de granada
- Medio
- 2 h
- Kcal 64
La mermelada de naranjas amargas es quizás una de las más conocidas del mundo, gracias también al hecho de que es la mermelada emblema del Reino Unido.
En Inglaterra, esta mermelada se diferencia totalmente de todas las demás que se llaman jam y se denomina marmalade, precisamente para indicar que se trata de una preparación completamente diferente.
La peculiaridad de esta mermelada no radica solo en su denominación diferente, sino en el hecho de que se prepara con una variedad particular de naranjas, las naranjas de Sevilla.
Estas naranjas se encuentran en el mercado solo desde principios de enero hasta finales de febrero y, mientras son completamente incomestibles crudas por ser demasiado amargas y ácidas, reducidas a mermelada son realmente deliciosas.
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Para empezar, lava bien las naranjas y córtalas por la mitad, luego exprímelas con un exprimidor y recoge el jugo en una cazuela.
Guarda las semillas aparte recogiéndolas en una bolsita de tela.
Vacía bien las naranjas con una cucharita recogiendo la pulpa y las semillas.
En este punto, corta las cáscaras de las naranjas en tiras y colócalas junto con el jugo en una olla antiadherente; luego, coloca adentro también la bolsita con las semillas, cubre todo con agua y deja cocer durante 2 horas.
Mientras la mermelada se cuece, dedícate a la sanitización de los tarros y las tapas, como se indica en las guías del Ministerio de Salud al final de la receta.
Retira la bolsita con la pulpa de naranja y aplástala con una cuchara para extraer el jugo en exceso.
Agrega el azúcar, el jugo de los 2 limones y mezcla con una cuchara de madera hasta que el azúcar se haya disuelto completamente.
Lleva todo a ebullición, espuma y deja cocer al menos otros 5 minutos.
Apaga el fuego, mezcla bien para distribuir las cáscaras de naranja de manera homogénea y embotella inmediatamente, aún caliente, en los tarros de vidrio que has sanificado, asegurándote de dejar 1 cm de espacio desde el borde del tarro.
Enrosca bien las tapas sanificadas pero sin apretar demasiado, y deja enfriar. Con el calor de la mermelada se creará el vacío, lo que permitirá conservar el producto durante mucho tiempo. Una vez que los tarros se hayan enfriado, verifica si el vacío ha ocurrido correctamente: puedes presionar en el centro de la tapa y, si no escuchas el clásico "click-clack", el vacío habrá ocurrido. ¡Tu mermelada de naranjas amargas de Sevilla está lista para ser disfrutada!