Albóndigas de calabacín

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PRESENTACIÓN

Para muchos niños, las Albóndigas de carne son la única manera de comer verduras y la moda del street food ha renovado su éxito. Son un evergreen de la cocina de aprovechamiento y de hecho existen infinitas versiones, ¡las primeras de todas las de la abuela! Hoy preparamos juntos una de las variantes más humildes y buenas: las albóndigas de calabacín. Os revelaremos todos los secretos de preparación y cocción para un resultado dorado y crujiente, tan sabroso que la cena se convertirá en una competición por la última albóndiga. ¿Y vosotros, dejaréis ganar a los más pequeños o la irresistible bondad de las albóndigas de calabacín os hará olvidar las buenas maneras?

Probad también las Albóndigas de calabacín al horno, para una cocción más ligera, u otras variantes de albóndigas vegetarianas, de calabacín y más:

INGREDIENTES

Para unas 22 albóndigas de 20 g cada una
Calabacines 800 g
Parmesano Reggiano DOP 100 g - para rallar
Ricotta de vaca 80 g
Pan rallado 30 g
Huevos 1
Tomillo cantidad suficiente
Sal fina cantidad suficiente
Pimienta negra cantidad suficiente
Para enharinar
Sémola de trigo duro remolida cantidad suficiente
Para freír
Aceite de cacahuete cantidad suficiente
Para servir
Escamas de sal cantidad suficiente

Preparación

Para preparar las albóndigas de calabacín, empieza lavando bien los calabacines y quitándoles los extremos 1. Rállalos con un rallador de agujeros medianos 2, colócalos en un colador puesto encima de un bol y sala ligeramente 3.

Coloca un platillo sobre los calabacines, y sobre él pon un peso 4. Deja los calabacines así cubiertos para que escurran al menos durante una hora: de esta manera perderán mucha agua 5. Presiónalos un poco más con una cuchara 6.

Luego vuelca los calabacines ya escurridos sobre un paño limpio 7; enróllalo como un caramelo alrededor de los calabacines y exprime bien 8. Así los calabacines perderán las últimas trazas de agua. Ponlos en un bol y añade la ricotta (que habrás escurrido y tamizado) 9.

Añade también el Parmesano 10 y mezcla bien 11, luego agrega las hojas de tomillo 12.

Finalmente añade el huevo 13 y el pan rallado 14. Mezcla bien para amalgamar todos los ingredientes entre sí 15.

Ajusta de sal y pimienta 16. Trabaja la masa con las manos hasta que quede homogénea y lo suficientemente consistente como para formar una bola 17. Procede ahora a formar tus albóndigas tomando 20 g de masa para cada una y dándoles la clásica forma redonda y ligeramente aplastada 18.

Pasa las albóndigas por la sémola 19 y colócalas en una bandeja: deberías obtener unas 22 albóndigas 20. Vierte el aceite de semillas en un cazo y llévalo a 180°, luego sumerge pocas albóndigas a la vez 21.

Fríe las albóndigas hasta que estén doradas 22. Escúrrelas y colócalas a secar sobre una bandeja cubierta de papel de estraza o papel absorbente 23, luego espolvorea con los copos de sal. Tus albóndigas de calabacín están listas para ser degustadas bien calientes 24.

Conservación

Se recomienda consumir las albóndigas de calabacín justo después de prepararlas. No obstante, se pueden conservar en el frigorífico cubiertas durante 1 día.

Si deseas prepararlas con antelación, puedes conservar las albóndigas crudas y ya enharinadas en el frigorífico cubiertas durante 12 horas. Alternativamente, se pueden congelar crudas durante aproximadamente 1 mes.

Consejo

Puedes perfumar tus albóndigas de calabacín con las hierbas aromáticas que más te gusten: menta para un toque de frescura, perejil para todos los gustos, albahaca para un toque mediterráneo... ¡a tu elección!

Utilizando un rallador de agujeros medianos-pequeños obtendrás una consistencia similar a los calabacines triturados; sin embargo, si prefieres acelerar los tiempos, puedes utilizar tranquilamente un rallador de agujeros más grandes.

Hemos elegido utilizar la sémola para obtener un resultado crujiente y dorado en su punto justo, pero si prefieres puedes optar por el rebozado clásico a base de harina, huevo y pan rallado.

Alternativamente, puedes cocinar las albóndigas de calabacín al horno, durante unos 30 minutos a 180° en horno ventilado, dándoles la vuelta a mitad de cocción para un dorado uniforme. En este caso, te recomendamos cocinar pocas albóndigas como primera hornada, para ajustar mejor los tiempos y temperaturas.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.