Tarta salada de alcachofas y ricotta

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PRESENTACIÓN

El primer sol de primavera nos calienta suavemente mientras nos relajamos tumbados en los prados llenos de margaritas en flor: ¡ha comenzado la temporada de las excursiones! Y la mejor manera de reconciliarse con la Naturaleza después del largo invierno es sin duda con un picnic al aire libre donde no pueden faltar las tartas saladas: prácticas, genuinas y sobre todo sabrosas, son el must have en estas ocasiones, ¡quizá para el Lunes de Pascua o el 1 de mayo! La tarta salada de alcachofas y ricotta es aún más especial: el ingrediente "insólito" de hecho está en la masa quebrada. ¿Agua fría? ¡No! ¡Cerveza rubia! Sentirás qué aroma se desprende durante la cocción y el delicado amargor de la cerveza realzará aún más el sabor de la alcachofa, una de las "flores" primaverales más versátiles y espectaculares, protagonista junto con la ricotta del relleno delicioso. Solo te queda sacar la tarta salada de alcachofas y ricotta del horno, preparar las cestas y los manteles a cuadros: ¡la primavera te espera!

Prueba también estas deliciosas variantes:

  • Tarta salada de alcachofas
  • Pastelitos de ricotta y alcachofas

 

INGREDIENTES

Ingredientes para la masa quebrada (para un molde de 23 cm)
Mantequilla 250 g - frío
Cerveza rubia 50 g - fría
Harina 00 500 g
Semillas de amapola 10 g
para el relleno
Alcachofas 350 g - por limpiar
Ricotta de vaca 300 g
Menta 4 hojas
Ajo 2 dientes
Vino blanco 20 g
Grana Padano DOP 100 g - por rallar
Huevos 1 - medio
Nuez moscada 4 g
Sal fina cantidad suficiente
Pimienta negra cantidad suficiente
Aceite de oliva virgen extra cantidad suficiente

Preparación

Para preparar la tarta salada de alcachofas y ricotta, empieza preparando la masa quebrada, asegurándote de que todos los ingredientes estén fríos de la nevera: en el bol de una amasadora con gancho, coloca la harina 1, enciende la máquina y añade también la mantequilla fría en trozos 2. Trabaja la mezcla a velocidad media durante unos minutos, luego añade también las semillas de amapola 3.

Sigue amasando vertiendo en hilo la cerveza rubia fría 4, una vez que la masa haya absorbido los líquidos 5, transfiérela sobre una superficie de trabajo y compacta con las manos, muy rápidamente 6.

Forma una bola, envuélvela en film transparente 7 y déjala reposar en el frigorífico durante al menos 30 minutos. Mientras tanto, encárgate de la limpieza de las alcachofas, para realizar mejor esta operación te recomendamos seguir las indicaciones que encuentras en nuestra guía "Cómo limpiar las alcachofas". Corta las puntas 8 y los tallos de las alcachofas (puedes pelarlos para eliminar la parte más dura y utilizar también los tallos cortados en rodajas pequeñas para sumergirlos en el relleno); quitala hojas más duras 9.

Luego divídelas por la mitad 10, extrae el vello central y corta cada mitad en tiras 11. En total necesitarás unos 150 g de alcachofas limpias. Pela los dientes de ajo y córtalos finamente 12;

Calienta el aceite de oliva en una sartén, añade el ajo en rodajas 13, sofríelo durante unos minutos a fuego lento, luego añade las alcachofas 14, sube la llama y deja que se sazonen durante un par de minutos, luego rocía con el vino blanco 15 y deja que se evapore, luego sala y pimienta: remueve de vez en cuando, las alcachofas deben cocinarse en total unos 5 minutos, manteniéndose crujientes.

Apaga el fuego, aromatiza con las hojas de menta fresca 16 y mantén aparte dejando enfriar 17. Pasa a la crema para el relleno: ablanda la ricotta en un bol con una espátula 18,

añade el huevo, la nuez moscada rallada 19 y el queso rallado 20; sala al gusto 21 y mezcla hasta obtener una mezcla homogénea.

Mientras tanto, recupera la masa quebrada, divídela por la mitad, envuelve la mitad que no uses inmediatamente con film y mantenla aparte; enharina la parte que vas a extender 22 y estírala con el rodillo sobre una superficie de trabajo, obteniendo un disco de 1 cm de grosor 23. Unta con mantequilla y harina un molde de 23 cm de diámetro, coloca el primer disco sobre el molde 24 asegurando bien el fondo y los bordes.

Vierte las alcachofas ya frías 25 y distribuye la crema de ricotta de manera homogénea con una espátula 26. Ahora recupera el otro trozo guardado, extiéndelo como el anterior a un grosor de 1 cm para crear otro disco para cerrar la tarta. Coloca el disco de masa quebrada sobre el relleno, quita el exceso de masa 27

asegura bien los bordes sellándolos con las manos y luego con las púas de un tenedor realiza incisiones como decoración en el borde 28. Pincha la superficie para que no se hinche demasiado al cocinarse 29. Hornea en un horno estático precalentado a 180° durante 45 minutos. Pasado el tiempo de cocción, saca la tarta salada de alcachofas y ricotta del horno, déjala entibiar y luego sírvela en rodajas 30!

Conservación

La tarta salada de alcachofas y ricotta se conserva en el frigorífico durante 2-3 días. Es posible congelar la preparación una vez cocida.

Consejo

Puedes hacer la masa quebrada también con la misma cantidad de cerveza oscura, vino blanco o agua, siempre a temperaturas muy frías. Puedes pincelar la superficie de la tarta salada con una yema de huevo y 10 g de nata, espolvoreándola con más semillas de amapola.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.