Crescia al queso

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PRESENTACIÓN

La crescia al queso es una receta típica de Las Marcas y Umbría que se prepara habitualmente durante la Pascua. Es un pan salado enriquecido con Parmigiano Reggiano DOP y Pecorino rallados, aunque en algunas zonas de Las Marcas los quesos también se añaden en trozos. Es excelente para disfrutar en la mañana de Pascua con los embutidos más variados o para servir como parte del cesto de pan. La crescia al queso tiene la misma forma que el panettone, pero es salada y tiene una textura mucho más esponjosa: el origen de este término parece provenir del hecho de que justo después de meterla al horno, empieza a crecer rápidamente. La preparación de la crescia se transmite de generación en generación y cada familia tiene su pequeño secreto en la cocina que hace única la receta de la crescia; así que es difícil establecer y relatar una receta original. La crescia representa una alternativa válida y original al pan clásico para incluir en vuestros menús de Pascua, quizás junto con la Paloma salada: ¿quién puede resistirse a una rebanada de crescia al queso acompañada de jamón o salami? Y para concluir el almuerzo, no puede faltar la clásica ciaramicola!

¡Prueba también la Torta al testo o la versión Crescia sfogliata, similar a una piadina pero con un sabor mucho más decidido!

INGREDIENTES

Ingredientes para el fermento
Harina 0 100 g
Leche entera 100 g - (a temperatura ambiente)
Levadura fresca de cerveza 10 g
Ingredientes (de 19,5 cm, 16 cm en la base, altura 12 cm)
Harina 0 400 g
Huevos 275 g - (unas 5 medianas, a temperatura ambiente)
Pecorino romano 150 g - (curado, para rallar)
Parmesano Reggiano DOP 150 g - (para rallar)
Manteca de cerdo 130 g - (a temperatura ambiente)
Pimienta negra 2 cucharaditas
Sal fina cantidad suficiente
Para el molde
Aceite de oliva virgen extra cantidad suficiente
Harina 00 cantidad suficiente

Preparación

Preparad el fermento: disolved la levadura en la leche tibia (os recomendamos no superar los 30°) 1 y mezclad 2, luego verted inmediatamente la mezcla en un tazón con 100 g de harina 3.

Mezclad revolviendo rápidamente con una cuchara 4 o con las manos, hasta absorber toda la harina. Una vez listo 5, cubrid con film transparente y dejad fermentar el fermento durante aproximadamente 2 horas en un lugar tibio, deberá duplicar su volumen. Media hora antes de que termine la fermentación comenzad a pesar la manteca de cerdo y dejadla a temperatura ambiente para que se ablande. Cuando el fermento esté listo, verted 400 g de harina en un tazón, luego unid los quesos rallados: Parmigiano Reggiano DOP y Pecorino romano 6.

Condimentad con 2 cucharaditas de pimienta molida 7 y mezclad. Romped los huevos en un tazón y batidlos ligeramente 8. En la superficie de trabajo verted la mezcla de harina, quesos y pimienta y cread un volcán 9.

En el centro poned el fermento y distribuid la manteca de cerdo alrededor en trocitos 10. En el centro también verted los huevos 11, comenzad a amasar con un tenedor o con las manos, para que la mezcla no se derrame 12.

Continuad trabajando la masa durante unos diez minutos 13, al principio podría ser muy pegajosa pero al continuar amasando los ingredientes se integrarán. Hacia el final añadid la sal 14 y manipulad un poco más para incorporarla 15.

Haced pliegues al panecillo: aplastadlo para formar un cuadrado, luego con las manos llevad los bordes hacia el interior uno por uno formando una especie de “paquete” 16. Haced lo mismo con los otros dos bordes 17 18.

Dad la vuelta de modo que el cierre esté en contacto con la superficie de trabajo, luego pulid la masa girándola sobre el plano para sellar el cierre 19. Tomad el molde de aluminio de diámetro inferior 16 cm, diámetro superior 19,5 cm y altura 12 cm. Pincelad bien con aceite y enharinadlo con cuidado. Colocad dentro la masa, cubrid con film transparente y dejad fermentar durante aproximadamente 2 horas lejos de corrientes de aire o en el horno con la luz apagada (la temperatura debe estar alrededor de los 26°).

La masa deberá llegar casi hasta el borde del molde 22, así que si las 2 horas no han sido suficientes dejadla fermentar más tiempo. Coced la crescia en el horno estático precalentado a 160° durante 40 minutos, colocando el molde en la rejilla baja del horno. Después de los 40 minutos, aumentad la temperatura del horno a 170° y coced durante otros 10 minutos: dejad el molde en la rejilla baja si la crescia ya está dorada, en caso contrario podéis moverlo a una rejilla más alta, lo importante es que la cúpula no toque la resistencia. Antes de sacar del horno, haced la prueba del palillo para verificar la cocción 23. Sacad la crescia y dejad enfriar un poco, luego desmoldad y dejad enfriar en un plato de servir 24. Esperad que la crescia esté bien fría antes de cortarla y servirla 24.

Conservación

La crescia al queso tiende a secarse rápidamente, por lo que se recomienda consumirla preferentemente recién enfriada.

Si sobrara, es aconsejable envolverla bien en film transparente y guardarla en un recipiente hermético a salvo de corrientes de aire.

Posteriormente, lo ideal sería conservarla en el frigorífico para evitar la posible formación de moho, de lo contrario si se conserva por un corto período de tiempo (por ejemplo, un día), se puede conservar también a temperatura ambiente.

En cualquier caso, se recomienda recalentarla en el horno a 160° durante unos diez minutos para que la manteca de cerdo presente en la masa se derrita nuevamente y quede más suave.

 

¡Consejos para una crescia al queso perfecta!

La masa de la crescia puede ser muy pegajosa y difícil de manejar al principio, siguiendo el tiempo de amasado indicado se obtendrá el resultado correcto.

Si se espera demasiado para desmoldar la crescia, podría formarse condensación debido a la harina; si esto sucede, recalentar la crescia en el horno estático a 170-180° durante muy pocos minutos.

Algunas variaciones regionales prevén añadir queso en trozos a la masa.

En lugar de manteca de cerdo se puede utilizar aceite o si se prefiere, mantequilla, agregando un 20% más respecto a la dosis de manteca de cerdo indicada.

La crescia sobrante se puede utilizar desmenuzada o en daditos para enriquecer las ensaladas.

La tradición dice que la masa debe llevar una cantidad generosa de pimienta, que se puede mantener, disminuir u omitir según los gustos.

Se recomienda utilizar un Pecorino muy curado para un sabor más pronunciado y tradicional, con un tipo de Pecorino menos curado se obtiene un sabor más delicado.

En la receta se han indicado 150 g de Pecorino y 150 g de Parmigiano Reggiano DOP, pero se pueden cambiar las proporciones de los dos quesos, manteniendo siempre el total de 300 g de queso rallado.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.