Pavo a la sartén jugoso

/5

PRESENTACIÓN

Si estáis buscando un segundo plato fácil, rápido y realmente sabroso, nuestra receta de pavo a la sartén jugoso es la elección perfecta.
Con bocados de pechuga de pavo dorados con aceite de oliva virgen extra, ajo, romero y salvia, rociados con vino blanco y envueltos en una delicada nata light, obtendréis un plato tierno y jugoso que conquistará a toda la familia.

Ideal para la cena durante la semana o para un almuerzo informal con invitados, este plato es apto también para quienes son principiantes en la cocina. Seguid atentamente cada paso y descubrid cómo transformar la carne de pavo en una alternativa refinada y de sabor envolvente: perfecta para acompañar con una guarnición de verduras salteadas o una fresca ensalada mixta.

Descubrid otras formas de cocinar el pavo:

INGREDIENTES
Fesa de pavo 480 g
Nata ligera 100 g
Aceite de oliva virgen extra 20 g
Vino blanco 40 g
Ajo 1 diente
Romero cantidad suficiente
Salvia cantidad suficiente
Sal fina cantidad suficiente

Preparación

Para preparar el pavo a la sartén jugoso, lo primero es ocuparse de la carne. Cortad la pechuga de pavo en bocados de unos 2 cm 1 2. En una sartén antiadherente bien caliente, verted el aceite, añadid el diente de ajo, la salvia y el romero 3.

Dejad dorar a fuego bajo. Añadid el pavo 4 y dejadlo dorar también a fuego medio por ambos lados 5, luego salpimentad 6.

Rociad con el vino blanco 7. Dejad evaporar, luego retirad las ramitas de romero, de salvia y el ajo 8. Añadid la nata light 9.

Mezclad 10, cubrid con una tapa y dejad cocinar durante unos 10 minutos a fuego medio. Cuando esté tierno y la salsa cremosa 11, el pavo estará listo y podréis servirlo bien caliente 12.

Conservación

Podéis conservar el pavo jugoso en la sartén por 1-2 días como máximo en el frigorífico.
Alternativamente, es posible congelarlo.

Consejo

Podéis sustituir la nata con:

Yogur griego blanco: es la sustitución más común para quienes quieren un resultado cremoso pero ligero. Elegidlo natural, no azucarado, y añadidlo fuera del fuego para evitar que se corte.

Ricotta tamizada: confiere una cremosidad delicada y un sabor ligeramente dulce; podéis diluirla con un par de cucharadas de leche o caldo caliente.

Leche y harina (o maicena): haced espesar 200 ml de leche con una cucharadita de harina o almidón de maíz, obteniendo una salsa aterciopelada similar a la nata de cocina.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.